El Design Thinking, metodología utilizada comúnmente en las industrias creativas, ha surgido como respuesta a la creciente necesidad de crear productos y servicios enfocados en las necesidades reales de los consumidores, involucrándolos de manera activa en el proceso de creación.
Su implementación comprende cinco etapas básicas:
1. Empatía
Su primera regla es descubrir las necesidades y deseos de los usuarios, el elemento más importante de esta estrategia, ya que para crear innovaciones significativas es necesario interesarse por sus vidas.
2. Definir el problema
Con base en el conocimiento de los usuarios, y la empatía creada con ellos y su entorno, se definen de forma clara y precisa los conflictos que enfrentan y se realiza una declaración del problema viable y significativo a resolver.
3. Idear soluciones
Se generan múltiples ideas, conscientes e inconscientes, racionales y creativas, con el objetivo de obtener muchas alternativas de solución al problema del consumidor o cliente e iniciar el proceso de prototipado.
4. Testear (prototipar)
A través de herramientas físicas o digitales, se crean prototipos de las soluciones posibles definidas en la etapa anterior, con la finalidad de hacerlas tangibles para que los usuarios puedan interactuar y experimentar con ellas.
5. Evaluar
Finalmente, se solicita retroalimentación y opiniones, a usuarios y equipos de trabajo, sobre las experiencias vividas con los prototipos. La información obtenida sirve para refinar los prototipos y mejorar las soluciones planteadas.
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