Aunque tanto el diseño web responsivo como el diseño web adaptativo son métodos de programación flexible que proporcionan la posibilidad de reorganizar o incluso reestructurar los elementos que integran la arquitectura de una página web para asegurar su correcta visualización y navegación en cualquier resolución de pantalla, existen importantes diferencias entre ambos.
Diseño responsivo
Adapta la totalidad del contenido de un sitio web a la estructura del dispositivo en el que se visualiza, por lo que la información contenida en una página siempre será la misma. Este método hace uso del navegador para reestructurar los elementos de un sitio, optimizar el espacio disponible y crear una buena experiencia de usuario.
Características
- Un solo diseño que se adapta a cualquier resolución de pantalla
- Emplea media queries y diferentes hojas de estilo (CSS) para cada resolución de pantalla
- Utiliza tamaños proporcionales, medidos en porcentajes, en lugar de valores fijos en píxeles
- Implica un desarrollo más complejo
- Es muy flexible, se ajusta totalmente a cualquier resolución
- Puede requerir mayor tiempo de carga
Diseño adaptativo
Es la implementación de diferentes diseños de un mismo sitio web, realizados con la finalidad de ajustarse a dispositivos, resoluciones y tipos de pantalla previamente definidos, por lo tanto una página tendrá un diseño preestablecido para computadora de escritorio, smartphone, tableta, Smart TV, etc.
Características
- Diseños independientes en los que puede variar lo que se muestra
- Utiliza tamaños de pantalla preestablecidos para cada dispositivo (computadora, tableta, móvil)
- Utiliza valores fijos en píxeles
- No requiere mucho desarrollo
- No es tan flexible, no se ajusta totalmente a cualquier resolución
- Requiere menor tiempo de carga
Conclusión
Ante el uso creciente de dispositivos móviles, la implementación del diseño web responsivo y el diseño web adaptativo es indispensable para la correcta visualización de una página web en diferentes formatos, de no hacerlo nos podemos enfrentar a problemas como un tiempo de carga elevado al intentar reproducir páginas de escritorio en dispositivos móviles, deformación o distorsión de los elementos visuales y conflictos al realizar descargas de contenido, lo que se traduce en una mala experiencia de usuario y una posible pérdida de visitantes.
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